Astrología

Saturno en Piscis

    Desde el 7 de marzo de 2023 hasta el 13 de febrero de 2026 el planeta Saturno estará transitando por el signo Piscis.

    Saturno es el planeta de las grandes lecciones, pruebas y retos, que pueden ser difíciles, pero nos ayudan a crecer, a evolucionar. Es también el planeta de las limitaciones, de las restricciones, de la disciplina, el orden, el pragmatismo y la responsabilidad. Saturno nos exige poner orden y concretar.

    Piscis es el signo de la emotividad, de la sensibilidad (a veces, hipersensibilidad y dramatismo), romanticismo, intuición, imaginación, fantasía, religiosidad, espiritualidad, misticismo. Además, por ser el último signo del zodíaco, representa el final de un ciclo.

    Saturno en Piscis nos indica que no es tiempo de imaginar o soñar, sino de concretar, de llevar a cabo todo lo necesario para hacer realidad los sueños y proyectos. Es hora de dejar a un lado las fantasías, poner orden en las emociones, tomar conciencia de la realidad y ser más prácticos, más pragmáticos. Asimismo, es necesario superar los prejuicios y dogmatismos religiosos.

    En particular, las personas del signo Piscis sentirán que todo se ralentiza y complica, pero deben tener paciencia y aprender de cada experiencia que les toque vivir en este período, pues les dejarán enseñanzas muy valiosas.

    Como se mencionó antes, Piscis representa el final de un ciclo, de una etapa, de una época, y el paso de Saturno por este signo viene a «prepararnos» para la llegada y el paso de Plutón por el signo de Acuario que revolucionará y cambiará muchas cosas.

    Nota: Plutón entró en Acuario (marzo 2023), pero estará retrógrado y regresará a Capricornio (junio 2023), para entrar de nuevo en Acuario (enero 2024) y quedarse ahí durante… ¡20 años!

Símbolos

Pinocho (Simbología)

Pinocchio  Las Aventuras de Pinocho es una obra literaria del escritor italiano Carlo Collodi (1826-1890); fue publicada entre 1882 y 1883 en un periódico para niños; es una de las historias más populares de todos los tiempos y de la cual se han hecho adaptaciones al teatro, al cine y a la televisión. Pero sin duda la versión más famosa es la de Walt Disney de 1940. Esta versión cinematográfica tiene muchas diferencias con respecto a la obra de Collodi, pues la historia original es muy fuerte y, por tanto, fue «suavizada» por Disney. Sin embargo, ambas contienen muchas enseñanzas importantes e incluso «ocultas» y mucha simbología, ya que tanto Collodi como Disney eran masones.

    En la obra original de Collodi, Gepeto –un tallista de madera– hizo a Pinocho a partir de una madera «mágica», un trozo de madera que lloraba y reía como un niño; en cambio, en la versión de Disney, Gepeto hizo a este muñeco de madera y exclamó: ¡Qué hermoso si viviera de verdad!, y pidió al cielo que convirtiera a Pinocho en un niño de verdad. Entonces apareció un Hada que hizo cobrar vida a Pinocho y que pudiera moverse y hablar. Además, el Hada dijo a Pinocho: Prueba que eres bueno, sincero y generoso, y llegarás a ser un niño de verdad. Pinocho era un muñeco de madera, una marioneta, pero hablaba, pensaba y era tratado como un humano. En gran parte de la historia, Pinocho representa al ser humano inconsciente y sin experiencia, que es una «marioneta» de las circunstancias y del entorno.

    En la versión de Disney, Gepeto deseaba que Pinocho fuese un niño de verdad (un ser humano pleno), entonces lo envió a la escuela a estudiar (para desarrollar nuestra plenitud debemos pasar por un proceso de aprendizaje). En la obra de Collodi es Pinocho el que promete a Gepeto que irá a la escuela. No obstante, en ambos casos ese aprendizaje se llevará a cabo principalmente en la «escuela de la vida», como veremos más adelante.

    Pepito Grillo es un personaje fundamental en la versión de Disney, pues es designado por el Hada como «conciencia de Pinocho» y lo acompaña durante toda la historia. El Hada, refiriéndose a Pepito Grillo, dijo a Pinocho: Deberás distinguir entre el bien y el mal, tu conciencia te lo dirá… Pórtate bien y deja a tu conciencia ser tu guía. De esta manera, la misión de Pepito Grillo era guiar a Pinocho y decirle lo que se debía hacer, lo que estaba bien y lo que estaba mal; no obstante, Pinocho era siempre quien decidía (Libre Albedrío). En la obra de Collodi, el grillo es conocido como «El Grillo-Parlante» y es un personaje un tanto secundario, incluso Pinocho lo aplasta con un mazo al comienzo de la historia porque no quería que un grillo le diera consejos. Sin embargo, Pinocho, al sufrir las consecuencias de sus errores, varias veces lo recuerda y exclama: ¡Cuánta razón tenía el Grillo-Parlante!; además, el Grillo-Parlante aparece en un par de ocasiones para aconsejar a Pinocho, pero éste nunca le hace caso; por ejemplo, da este importante consejo a Pinocho cuando el Zorro y el Gato pretendían engañarlo para robarle: ¡Hijo mío, no te fíes de los que te ofrecen hacerte rico de la noche a la mañana! Generalmente, o son locos o embusteros que tratan de engañar a los demás. Créeme a mí, que te quiero bien: vuélvete a tu casa. Pero Pinocho se dejaba llevar por sus impulsos y no por la conciencia, por lo cual se terminaba metiendo en problemas. Una muestra de esto es que –en la versión de Disney– Pinocho se unió al teatro de marionetas del señor Stromboli, aunque Pepito Grillo le dijo que no lo hiciera. Ahí la gente aplaudía a Pinocho, y al ver Stromboli que podía sacarle mucho dinero, lo metió en una jaula para utilizarlo cuando quisiera; es decir, Pinocho perdió la libertad por no obedecer a su conciencia. El Hada Azul fue a ver a Pinocho en la jaula y le preguntó por qué estaba encerrado, pero Pinocho le dijo mentiras, y con cada mentira que decía le crecía la nariz. Esto significa que por más que alguien mienta o intente ocultar algo, la verdad siempre saldrá a la luz. Pinocho reconoció que estaba mintiendo, se arrepintió y el Hada entonces lo liberó y le dio otra oportunidad. En la obra de Collodi, la nariz de Pinocho ya de por sí era grande, y cuando éste mentía le crecía aún más, de modo que su nariz lo delataba cada vez que mentía.

    El Hada Azul es una representación de lo Divino. En la versión de Disney es quien da la vida a Pinocho, y en ambas obras está atenta a Pinocho y procura guiarlo y protegerlo. En la obra original de Collodi, el Hada es una «niña de cabellos azules» y Pinocho la considera una «hermanita», pero luego la ve como una «mamá». En la versión de Disney también es como una figura materna, así como Gepeto es una figura paterna y, de hecho, Pinocho lo llama padre. El color azul refuerza el carácter divino del Hada, ya que este color simboliza poder espiritual.

    En esta historia hay dos personajes que son muy tramposos y ladrones: un Zorro y un Gato, que en la obra de Collodi no se les da ningún nombre en particular, pero en la de Disney se llaman El Honrado Juan (Zorro) y Gedeón (Gato). En la obra de Collodi estos personajes se aprovechan de la ingenuidad de Pinocho y lo engañan para quitarle unas monedas de oro que llevaba y, además, colgaron a Pinocho de un árbol y lo dejaron ahí, pero el Hada rescató a Pinocho y mandó llamar tres médicos muy particulares para que lo atendieran: un cuervo (inteligencia), un mochuelo (sabiduría) y el Grillo-Parlante (conciencia). En la versión de Disney, El Honrado Juan (que no es nada honrado, en realidad) engañó a Pinocho y lo vendió al titiritero Stromboli; más adelante, lo volvió a engañar y lo vendió al Cochero que llevó a Pinocho a la Isla de los Juegos. Estos personajes nos enseñan que no debemos ser ingenuos y que debemos estar muy alertas para no caer en la trampa de gente sin escrúpulos.

    La Isla de los Juegos (así se llama en la versión de Disney) es un lugar en el cual los niños se convierten en burros porque no se dedican a estudiar, sino únicamente a jugar y vagar. Esto significa que si el ser humano se dedica solamente a satisfacer sus caprichos y a obedecer sus impulsos, y no a cultivarse intelectualmente, termina bestializándose. En la obra de Collodi, este lugar es conocido como «El País de los Juguetes»; ahí Pinocho, luego de convertirse en burro, fue vendido al dueño de un circo donde le hicieron aprender a golpes cómo entretener a la gente; después, un señor compró al burro Pinocho para quitarle la piel y con ella hacer un tambor, pero el Hada salvó milagrosamente a Pinocho y lo hizo volver a su forma original. Pinocho entonces logró escapar nadando por el mar, pero estando en el mar se lo tragó un enorme dragón marino. En la versión de Disney, Pinocho se convirtió en burro parcialmente, porque cuando empezaba a convertirse (le salieron orejas y cola de burro, y rebuznaba), Pepito Grillo lo ayudó a escapar de la Isla; es decir, la conciencia lo ayudó a alejarse de la bestialidad.

    En la obra de Collodi, Gepeto fue engullido por un dragón marino, el mismo que se tragaría después a Pinocho, de modo que los dos se encontraron adentro. Sin embargo, gracias a la osadía de Pinocho, lograron salir de ahí y se lanzaron al mar. En la versión de Disney, a Gepeto se lo tragó una ballena llamada «Monstruo»; Pinocho se enteró y entonces se propuso rescatar a Gepeto; se hizo engullir por la ballena y ahí se reencontró con su «padre». Gepeto ya se había conformado y habituado a estar adentro, incluso se alimentaba comiendo algunos de los peces que se tragaba la ballena (esto nos indica que el ser humano puede acostumbrarse casi a cualquier cosa); pero Pinocho había llegado para sacarlo, así que se las ingenió para hacer estornudar a la ballena y salir expulsados de ahí; Pinocho no asumió una actitud conformista y derrotista, sino que buscó la solución y la encontró.

    En la obra original de Collodi, Pinocho y Gepeto nadaban hacia la orilla de una playa, pero al ser muy grande la distancia que debían recorrer nadando, ya estaban extenuados y a punto de ahogarse cuando apareció un bacalao que Pinocho había conocido dentro del dragón marino y los ayudó a llegar a la orilla. En la versión de Disney, luego de salir de la ballena y estando en medio del mar, Gepeto tenía dificultad para nadar y Pinocho lo ayudó, pero la ballena los atacó y se produjo una gran ola que los llevó violentamente hasta una playa. Gepeto estaba bien, pero Pinocho –al parecer– estaba muerto. Tendido Pinocho en una cama, se escuchó la voz del Hada repitiendo lo que le había dicho a Pinocho al comienzo: Prueba que eres bueno, sincero y generoso, y llegarás a ser un niño de verdad. Entonces Pinocho «resucitó» convertido en un niño de verdad. El haberse sacrificado para ayudar a Gepeto a salir de la ballena y llegar a la playa hizo que Pinocho «resucitara» convertido en un ser humano, es decir, pasó a un estado superior.

    (Leer: Yo Soy la Resurrección y la Vida)

    En la obra de Collodi, al final Pinocho se dedica a trabajar de manera honrada y así se ganaba la vida; además, Pinocho ayudaba a su padre Gepeto e incluso ayudó al Hada en una circunstancia difícil. Una noche, después de una ardua jornada de trabajo, Pinocho se acostó a dormir y en sueños se le apareció el Hada y le dijo: ¡Muy bien, Pinocho! ¡Por el buen corazón que has demostrado tener, te perdono todas las travesuras que has hecho hasta hoy! Los muchachos que atienden amorosamente a sus padres en la miseria y en la enfermedad merecen siempre ser queridos, aunque no se los pueda citar como modelos de obediencia ni de buena conducta. Ten juicio en adelante, y serás feliz. Entonces Pinocho despertó y se dio cuenta de que se había convertido en un ser humano. Y Gepeto le explicó: Todos estos cambios son debidos a tus méritos… Porque cuando los muchachos se convierten de malos a buenos, tienen la virtud de dar un aspecto nuevo y mejor a su familia y a todo lo que los rodea.

    Comentarios adicionales, explicaciones y más enseñanzas:

    El nombre «Pinocho» (originalmente Pinocchio en italiano) es una combinación de las palabras italianas Pino (Pino) y Occhio (Ojo), «Ojo de Pino», pues Pinocho estaba hecho de madera de Pino. Este árbol simboliza inmortalidad y resistencia, por ser un árbol de hojas perennes y porque puede prosperar incluso en circunstancias adversas. En español, Pinocho también significa «pino nuevo».

Pinocho

    El nombre «Gepeto» proviene del italiano Geppetto, el cual es un diminutivo de Giuseppe (versión italiana del nombre «José»). Interesantemente, Gepeto trabaja con la madera (es tallista), y José, el padre adoptivo de Jesús, se dice que era carpintero.

    Collodi nos indica que Pinocho estaba hecho de una madera especial, mágica. En cambio, Disney nos dice que participaron en la «creación» de Pinocho lo masculino (Gepeto) y lo femenino (El Hada).

    En la obra de Collodi se menciona que el Hada tenía más de 1000 años viviendo en el bosque (Naturaleza), mientras que en la versión de Disney proviene aparentemente de una estrella o del cielo (Espíritu). Pero en ambos casos era una figura materna; principalmente en la obra de Collodi, en la cual Pinocho dice del Hada: Es mi mamá, que como todas las mamás buenas que quieren mucho a sus hijos, no les pierden nunca de vista, y cuidan de ellos amorosamente.

    En la obra de Collodi, Pinocho llega al «País de las Abejas Industriosas», un país en el cual todos trabajan y no había ni un solo vago. En este país, Pinocho tuvo hambre y pidió pan, y le ofrecieron trabajo para ganarse el pan, pero en esta obra Pinocho es presentado como alguien muy holgazán, y dijo: ¡Este país no se ha hecho para mí! ¡Yo no he nacido para trabajar!

    Espárrago (Collodi) y Polilla (Disney) son dos personajes que representan las «malas juntas», esas personas que te invitan a hacer «cosas malas». Especialmente Espárrago («el muchacho más travieso y revoltoso de toda la escuela», así lo describe Collodi), que de tanto insistir (¡Vente, y seremos felices!, decía) convenció a Pinocho de ir al «País de los Juguetes» y los dos terminaron convertidos en burros.

    En la obra original de Collodi, a Pinocho se lo tragó un dragón marino; y en la versión de Disney, una ballena; ambos casos nos recuerdan el episodio bíblico en el cual el profeta Jonás es tragado por un «gran pez» (Leer: Jonás y… ¿la ballena?). Además, Pinocho se reencontró ahí dentro con su «padre» Gepeto, con su «creador». Después, al salir, comenzó una nueva etapa en la vida de Pinocho. Esto significa que el ser humano necesita reencontrarse con su Padre-Madre Dios, para poder evolucionar hacia una etapa superior.

    El dragón marino al que se refiere Collodi no es el animal que se conoce actualmente con ese nombre (parecido al caballito de mar), sino un ictiosaurio, el cual existió hace millones de años y era un reptil marino depredador con apariencia de delfín que podía medir hasta 20 metros de largo y tenía poderosas mandíbulas y dientes afilados.

    En líneas generales, el agua simboliza vida, es fuente de vida, y en muchas religiones es utilizada en sus ritos como un elemento purificador y renovador: …quien no nazca de nuevo, de agua y del Espíritu, no podrá entrar en el Reino de Dios (Juan 3:5). Tanto en la obra de Collodi como en la versión de Disney, el mar va a marcar un antes y un después en la vida de Pinocho.

    En la versión de Disney, cuando Pinocho y Gepeto se reencuentran dentro de la ballena y Gepeto observa que Pinocho es casi un burrito, en vez de juzgarlo y regañarlo, lo acepta amorosamente, pues ha regresado. Esta es una alusión a la parábola cristiana del hijo pródigo.

    Nótese también la simbología cristiana en lo siguiente: En la obra de Collodi, un bacalao (un pez) «salvó» a Pinocho y a Gepeto cuando estaban en el mar y los ayudó a llegar a la orilla.

    (Leer: Vesica Piscis)

    En la obra de Collodi, en varias ocasiones Pinocho se dio cuenta de sus errores y sabía que debía cambiar, pero le faltaba voluntad; y para cambiar, es fundamental querer hacerlo realmente.

    En ambas historias se resalta la importancia de la educación, la honradez, la disciplina, entre otros valores, y se rechaza el vicio y la holgazanería.

    Tanto en la obra original de Collodi como en la versión de Disney vemos que Pinocho debe afrontar las consecuencias de sus actos (Karma), de modo que las situaciones difíciles por las cuales atraviesa no son fortuitas, sino producto de sus decisiones y acciones. Al final, Pinocho aprende que obedecer a su conciencia le hará tomar mejores decisiones y realizar mejores acciones.

Ajedrez y Vida · Símbolos

La Simbología del Ajedrez

    En su significado más básico, el ajedrez es una representación de la arquetípica batalla entre el bien y el mal.

    Si trasladamos el ajedrez al quehacer diario, cada acción es como una jugada. En líneas generales, si el ser humano realiza buenas acciones (buenas jugadas), le irá bien; si realiza malas acciones (malas jugadas), le irá mal. Es una manera de enseñar la Ley del Karma.

    La finalidad del ajedrez no es solamente lúdica, sino también didáctica, pues a través de este juego se transmiten muchas enseñanzas.

    Por ejemplo: el ajedrez enseña planificación, concentración, análisis; nos muestra que la victoria es consecuencia del esfuerzo y los aciertos propios y, por tanto, la derrota es consecuencia de los errores propios. Nos instruye sobre táctica, estrategia y lógica.  No es un juego de azar, es un juego racional que nos enseña a tomar decisiones y nos ayuda a desarrollar confianza, paciencia y disciplina.

Ajedrez

Ajedrez

    En el ajedrez podemos encontrar muchas “coincidencias” (y curiosidades) esotéricas y simbólicas.

    El Tablero tiene 64 escaques (casillas) de 2 colores, blanco y negro (o un color claro y otro oscuro), también las piezas son blancas y negras; esto representa la dualidad, el Yin y el Yang. Sin embargo, 64 = 6+4 = 10 = 1+0 = 1, es decir, la Unidad, lo cual nos indica que tras la dualidad aparente se halla la Unidad. El 64 también nos recuerda los Hexagramas del I-Ching.

    32 escaques de cada color, 32 piezas totales: los 22 Senderos más los 10 Sefirot de la Kabaláh. 16 piezas de cada color: 1+6 = 7

    6 piezas diferentes de cada color (suman 12): los 12 signos del zodíaco. 8 peones, tablero de 8×8: 8 trigramas del I-Ching, Óctuple Noble Sendero. El 8 “acostado” (Lemniscata) es símbolo del Infinito.

    2 Torres, 2 Caballos, 2 Alfiles y, además, la Reina y el Rey: el Yin y el Yang, la dualidad aparente.

Tablero y Piezas

El Tablero y las Piezas

Simbología de las Piezas

Peones: Representan el trabajo en equipo, ya que los peones son más importantes en conjunto que individualmente; bien decía Philidor (genial ajedrecista y músico francés del siglo XVIII) que “los peones son el alma del ajedrez”. Además, cuando un peón llega al extremo opuesto del tablero, se “transforma” en otra pieza (Dama, Torre, Alfil o Caballo), lo cual simboliza la reencarnación; o también la capacidad de cada quien de mejorar, de evolucionar. En términos militares, representan la infantería, los soldados de a pie.

Torres: Las torres están en las cuatro esquinas del tablero formando un cuadrado (la Materia, el Mundo Material, los 4 Elementos) delimitando así el “Campo de Batalla”.

Caballos: Representan el Principio del Ritmo, pues “saltan” de un color a otro así como el péndulo oscila de un polo a otro (del Yin al Yang, y viceversa). Militarmente, es la caballería.

Alfiles: Simbolizan la lealtad y el seguir siempre un mismo camino, ya que cada alfil se mueve por las casillas del mismo color en el que empiezan. Desde la antigüedad han representado a los ministros o, también, a los jerarcas religiosos (aunque no todos ellos sean dignos de la simbología del Alfil).

El Rey y la Reina: El hombre y la mujer, el padre y la madre, se necesitan mutuamente. El Rey representa al jugador; es el ajedrecista en el tablero, el comandante en el campo de batalla; mientras que, según el libro El Hombre que Calculaba de Malba Tahan (pseudónimo del profesor y escritor brasileño Julio César de Mello y Souza), la Reina representa al pueblo y a su patriotismo.

Diseño Staunton

Piezas «Staunton»

    El diseño “Staunton” es el diseño más conocido de las piezas de ajedrez. Llevan este nombre en honor de Howard Staunton (un gran ajedrecista inglés del siglo XIX). En este diseño se nota una marcada influencia cristiana, pues hay una Cruz sobre la corona del Rey, y la parte superior de los alfiles tiene forma de mitra como la que usan los obispos; de hecho, en inglés, Alfil se dice Bishop, que significa “obispo”. Más curiosidades acerca de los nombres de las piezas: Al-Fil, en árabe, significa “el elefante”. En francés, al Alfil se le dice Le Fou (el Loco). En inglés, al Caballo se le llama Knight (Caballero). En español, a la Reina se le dice Dama, esto es para evitar confusión al momento de anotar las partidas; así, el Rey se anota “R” y la Dama “D”.

    Finalmente, Rey -en persa- es Shah, y de la expresión persa Shah-Mat (que significa “el Rey ha muerto”, “el Rey está atrapado” o “el Rey no puede escapar”) proviene la expresión “jaque mate”.

Reflexiones

Espiritualidad

    Si un ser humano se dedica a pensar en lo más sublime y no albergar pensamientos viles; a sentir lo más noble, tener buenas intenciones y no albergar sentimientos ruines; a utilizar la palabra para bendecir y no para herir; a realizar buenas acciones, no incurrir en excesos y no perjudicar…

    En fin, si un ser humano se dedica a disciplinar y purificar su mente, sus emociones, su palabra y su conducta, es un ser humano profundamente espiritual, independientemente de si profesa o no alguna religión; pues quien se disciplina y se purifica integralmente, eleva al máximo su conciencia y manifiesta lo que es en Verdad: Un Cristo, un Buddha, un Ser Espiritual.