Jesús de Nazaret

Yo Soy la Resurrección y la Vida

Yo Soy la Resurrección y la Vida;

el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá;

y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente.

(Juan 11:25-26)

    El Maestro Jesús nos indica de esta manera que el Espíritu, Eso que somos en Esencia, es Eterno; y la “muerte” a la que se refiere no es la muerte física (en alguna ocasión dijo: Dios no es Dios de muertos, sino de vivos), sino que debemos “morir” a todo tipo de pensamientos, emociones y conductas perniciosas, para poder “renacer”, para poder renovarnos; es decir, la Resurrección consiste en la transformación total del ser humano, en un cambio positivo y profundo de uno mismo.

    Otra interpretación es la que se deriva de lo expresado por Pablo de Tarso en su epístola a los Efesios (capítulo 5, versículo 14): Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Podríamos decir entonces que la Resurrección es el despertar de la Conciencia Crística, pues el que cree en mí… (quien sigue el Ideal Crístico) aunque esté muerto (dormido, inconsciente) vivirá (despertará, tomará conciencia); y todo aquel que vive y cree en mí (quien ya es consciente, quien ya ha “despertado” y sigue el Ideal Crístico) no morirá eternamente (no volverá a “dormirse”). Yo Soy la Resurrección y la Vida significa que Cristo es Conciencia Despierta y Vida Renovada.

(Artículo Principal: Los «Yo Soy» del Maestro Jesús)

Glossarium

Felicitas, Eudaimonía y Ananda

    La palabra latina Felicitas es el origen de la palabra española “Felicidad”; proviene del latín Felix (fértil, fructífero, productivo); además, para los antiguos romanos, Felicitas era el nombre de la diosa del éxito, la riqueza y la prosperidad, y era representada como una mujer portando una Cornucopia (el Cuerno de la Abundancia). Por tanto, Felicitas puede referirse a la Felicidad material o a que la Felicidad depende de lo material, de lo externo.

    En cambio, los antiguos griegos utilizaban la palabra Eudaimonía para referirse a la Felicidad. Eudaimonía proviene del griego Eu (bueno, bien) y Daimon (Espíritu), y significa “Buen Espíritu”, “Bienestar Espiritual”. Filósofos como Sócrates y Aristóteles consideraban que la Felicidad se alcanza mediante la práctica de la virtud y el obrar según la razón, que no mediante las posesiones materiales, ni las riquezas.

    No obstante, en el Vedanta (filosofía espiritual que forma parte del Hinduismo) se va más allá y se nos dice que Ananda (“Felicidad” en sánscrito) es parte de lo que somos realmente, pues nuestro verdadero Ser (Atman) es Sat-Chit-Ananda (Esencia-Conciencia-Felicidad), lo cual significa que la Felicidad no es algo que debamos buscar o procurar alcanzar, sino que ya somos Felicidad; de manera que quien es consciente de su verdadero Ser, siente y manifiesta genuina y profunda Felicidad.

Adyashanti

Conocer el Ser

    Para liberarnos, para iluminarnos, primero debemos darnos cuenta de que realmente no sabemos nada. YO SOY LO QUE SOY es el único conocimiento verdadero; cualquier otro conocimiento es secundario. El conocimiento que se usa para un propósito concreto es estrictamente utilitario; cuando empieces a verlo, dejarás de buscar la Verdad en lo que “sabes” y –en cambio– buscarás la Verdad en lo que eres; y cuando descubras lo que eres, también descubrirás lo que es todo lo demás.

Jesús de Nazaret

Uno es vuestro Padre

No llaméis padre vuestro a nadie en la Tierra,

porque Uno es vuestro Padre:

el que está en los Cielos.

(Mateo 23:9)

    El Maestro Jesús nos ha dicho: Uno es vuestro Padre. Esto significa que tenemos un mismo y único Origen Espiritual, que nuestro Ser es parte de una misma y única Esencia Universal: Dios.

    El que está en los Cielos es una manera de expresar lo elevado y sublime que es nuestro Origen y también de recalcar que éste es Espiritual y no material o terrenal. Por esta razón, Jesús nos dijo enfáticamente: No llaméis padre vuestro a nadie en la Tierra. Nuestra terrenalidad o materialidad es temporal, circunstancial, ilusoria; no es ese nuestro Origen; no es lo que somos realmente; no somos terrenales o materiales; nuestro Ser Verdadero es Espiritual, es Divino.

Adyashanti

Misterio

    Es paradójico, pero cuanto más “nos conocemos”, cuanto más “sabemos lo que somos”, más seguros estamos de que somos algo que —por su propia naturaleza— no se podrá conocer nunca, es decir, sabes lo que eres, pero sabes que eres un Misterio. Así que el Misterio se hace consciente, se despierta, se conoce a Sí Mismo; es el «YO SOY» tal y como aparece en la Biblia, pero no puedes percibir ninguna definición, no es más que «YO SOY»; es el Misterio autoafirmándose, eso es todo.