Biblioteca

Agustín de Hipona

Confesiones (Versión 1)

Confesiones (Versión 2)

El Sermón de la Montaña (Libro I)

El Sermón de la Montaña (Libro II)

La Ciudad de Dios

La Inmortalidad del Alma

Lo Mejor de Agustín de Hipona I

Lo Mejor de Agustín de Hipona II

San Agustín de Hipona (Ángel Peña)

San Agustín de Hipona (U. Ferrer y Á. Román)

San Agustín y su Filosofía

Biblioteca

Immanuel Kant

Crítica de la Razón Práctica

Crítica de la Razón Pura

Crítica del Juicio

Cuatro Lecciones sobre Kant (Deleuze)

Diez Lecciones sobre Kant (J. Gómez)

El Conflicto de las Facultades

Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres

Hacia la Paz Perpetua

La Metafísica de las Costumbres

La Religión dentro de los límites de la mera Razón

Lo Bello y lo Sublime

Lógica

Principios Metafísicos de la Ciencia de la Naturaleza

Qué es la Ilustración

Filosofía

Una nota estoica

Según el Estoicismo, el Universo está regido por el Logos (Razón Divina Universal de la cual forma parte la razón humana), lo cual significa que la naturaleza del ser humano es racional. Por tanto, todo ser humano que sucumbe al Pathos (impulsos, pasiones, excesos) se está desviando de su naturaleza. Por tal motivo, es fundamental vivir de manera disciplinada y de acuerdo con el Logos y no con el Pathos. Así, se logran la Apatheia (ecuanimidad ante cualquier adversidad o circunstancia), la Ataraxia (serenidad, paz interior) y la Eudaimonia (felicidad).

Filosofía

El Positivismo

    En ciencia y filosofía, lo positivo es todo aquello que puede ser cuantificado, medido, percibido a través de los sentidos; se refiere a lo concreto, a lo material.

    El Positivismo es una corriente filosófica según la cual el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, el conocimiento basado en la experiencia; de manera que el Positivismo se fundamenta en hechos concretos y no en especulaciones teóricas, y rechaza todo lo que no pueda ser demostrado científicamente. El Positivismo se enfoca únicamente en los aspectos materiales de la realidad.

    El principal exponente del Positivismo, y considerado su fundador, fue el filósofo francés Auguste Comte, a quien también se considera padre de la sociología como ciencia, pues aplicó el método científico para el estudio y comprensión de la sociedad, de sus fenómenos, etc.

Comte

Auguste Comte

    En su libro Discurso sobre el Espíritu Positivo, este filósofo explica lo que él llamó “Ley de la evolución intelectual de la humanidad o Ley de los tres estados”, la cual es el fundamento del Positivismo:

    Todas nuestras especulaciones, cualesquiera, están sujetas inevitablemente, sea en el individuo, sea en la especie, a pasar sucesivamente por tres estados teóricos distintos, que las denominaciones habituales de teológico, metafísico y positivo podrán calificar aquí suficientemente, para aquellos, al menos, que hayan comprendido bien su verdadero sentido general. Aunque, desde luego, indispensable en todos aspectos, el primer estado debe considerarse siempre, desde ahora, como provisional y preparatorio; el segundo, que no constituye en realidad más que una modificación disolvente de aquél, no supone nunca más que un simple destino transitorio, a fin de conducir gradualmente al tercero; en éste, el único plenamente normal, es en el que consiste, en todos los géneros, el régimen definitivo de la razón humana.

    Podemos resumir estos tres estados de la siguiente manera:

Estado Teológico o Mágico: El ser humano busca explicar la realidad atribuyendo a los distintos fenómenos causas mágicas, sobrenaturales o divinas.

Estado Metafísico, Filosófico o Abstracto: Ahora el ser humano intenta explicar la realidad de manera racional, ya no habla de causas sobrenaturales, mágicas o divinas, sino de ideas y conceptos, y utiliza términos abstractos y metafísicos.

Estado Positivo o Científico: Este es el estado definitivo. El ser humano busca explicar la realidad y sus fenómenos basándose en la observación y la experimentación, en el método científico. Se enfoca en los hechos, en lo concreto y no en ideas, ni conceptos, y mucho menos en lo mágico o divino.

    Para una explicación detallada, recomiendo la lectura del libro:

Discurso sobre el Espíritu Positivo de Auguste Comte.