Jesús de Nazaret

Seguir a Cristo

    El Maestro Jesús dijo: Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará. (Mateo 16:24-25 / Marcos 8:34-35 / Lucas 9:23-24)

    Con estas palabras, el Maestro Jesús nos indica que para seguir sus enseñanzas es necesario pasar por una especie de crucifixión del ego, es decir, erradicar toda la negatividad e impureza que exista en nosotros mismos en pensamiento, palabra, acción y emoción, así como también hay que abandonar la vida egoísta y comprometerse con la vida Crística, una vida basada en los valores más elevados que el Maestro Jesús enseñó: espiritualidad, amor, solidaridad, etc.

Jesús de Nazaret · La Biblia

Busca el Reino de Dios

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(Mateo 6:33 y Lucas 12:31)

Buscar «El Reino de Dios y su Justicia»

significa permitir que la espiritualidad,

el amor, la solidaridad…

reinen en nuestro corazón,

en nuestra mente, en nuestra vida,

dentro de nosotros y entre nosotros.

Esto es lo primero, lo más importante;

lo demás vendrá después,

y Dios nos ayudará a conseguirlo.

Jesús de Nazaret

El Padre Nuestro

    Padre Nuestro que estás en los Cielos. Santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Reino y hágase tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo. Danos hoy nuestro Pan de cada día. Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del Mal. Pues tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, por los siglos de los siglos.

Amén

(Mateo 6:9-13 y Lucas 11:1-4)

    El Padre Nuestro es una poderosa Oración-Meditación creada por el Maestro Jesús para nuestro Desarrollo Espiritual. Por tanto, no es para rezarlo apresuradamente, sino para rezarlo poco a poco y meditar con atención el significado de cada una de las frases que lo componen.

    El Padre Nuestro ha llegado a nosotros en versiones diferentes, pero el mensaje esencial sigue siendo el mismo. La intención de Jesús es que podamos establecer una relación directa con nuestro Padre Divino.

Padre Nuestro que estás en los Cielos

    El Maestro Jesús solía referirse a Dios como Abba (que en arameo significa “Padre”) y en alguna ocasión dijo: No llaméis padre vuestro a nadie en la Tierra, porque Uno es vuestro Padre: el que está en los Cielos. (Mateo 23:9)

    La expresión “Padre Nuestro” significa que Dios es verdaderamente Padre de todos nosotros sin discriminación de ningún tipo; por tanto, somos hermanos. Al rezar y meditar esta oración, estamos orando y meditando a favor de todos. Jesús quiere que tengamos esto siempre presente y oremos a Dios con confianza, con fe, ya que todo buen padre (y Dios lo es) vela por sus hijos y procura que no les falte nada.

    “Padre Nuestro” también significa que Dios es nuestro Origen, nuestra Esencia, y estar “en los Cielos” se refiere a la naturaleza de Dios (Dios es Espíritu), por lo cual -en Esencia- somos Espíritu. 

(Leer: Uno es vuestro Padre)

Santificado sea tu Nombre

    El Nombre de Dios es “Yo Soy” (Éxodo 3:14-15 / Leer: el Tetragrama). Por tanto, cuando digamos “Yo Soy” o utilicemos el verbo “Ser” (eres, es, somos, etc., en especial en primera persona: Soy), debemos acompañarlo de expresiones positivas, elevadas, espirituales, pues nos estaremos refiriendo realmente a la Esencia Divina, a nuestra Esencia, a lo que en Verdad somos, y no a las apariencias. 

    Esto tendrá un impacto muy positivo en nuestras vidas, pues las palabras tienen poder (Leer: Las Palabras / El Decreto) y Jesús conocía muy bien el poder de las palabras y la importancia de santificar el Nombre de Dios (Leer: Los “Yo Soy” del Maestro Jesús).

     Torre fuerte es el Nombre de Dios, a Él acudirá el Justo y será socorrido. (Proverbios 18:10)

Venga a nosotros tu Reino

y hágase tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo

    De esta manera estamos pidiendo a Dios que tome el control de todo, pues Dios sabe lo que realmente nos conviene, lo que es mejor para nosotros. Que se manifieste en este plano (Tierra) lo que esté en armonía con lo Divino, con lo Espiritual (Cielo). Que reine entre nosotros el amor, la solidaridad, la espiritualidad, el bienestar, la paz, etc., pues eso es lo que hay en su Reino y es lo que Dios quiere, es su Voluntad.

(Leer: El Reino de Dios)

Danos hoy nuestro Pan de cada día

    El Pan simboliza todo aquello que necesitamos realmente en lo material y en lo espiritual. Además, no es algo egoísta, es el Pan de todos, es «nuestro Pan», es lo que necesitamos todos, estamos pidiendo para todos: Que Dios nos ayude a conseguir todo aquello que realmente necesitamos para nuestro bienestar material y espiritual. Dios es la única Fuente de todo bien y el único que puede satisfacer nuestras necesidades. 

(Leer: Yo Soy el Pan de Vida)

Perdona nuestras ofensas

así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden 

    Según otras versiones: “Perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Pues nuestros errores, excesos, pecados, ofensas, etc., se convierten en deudas kármicas que debemos saldar afrontando las consecuencias. Por tanto, pedimos perdón por esas ofensas, pero lo más importante es que pedimos que se nos perdone según la Regla de Oro, es decir, de la misma manera como tratamos (perdonamos) a los demás. Así, asumimos con humildad, justicia y reciprocidad que debemos perdonar si queremos ser perdonados.

 (Leer: Presentar la Otra Mejilla)

No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal 

    Estamos expuestos a todo tipo de tentaciones, desde las más evidentes hasta las más sutiles, es decir, estamos expuestos a toda clase de tendencias y conductas negativas que nos alejan del Ideal Crístico. Por tanto, aquí pedimos ayuda en nuestro esfuerzo contra las tentaciones y pedimos a Dios que nos dé discernimiento y fuerza de voluntad para poder seguir el ejemplo de Jesús que no sucumbió al ser tentado en el desierto, y también pedimos a Dios que nos ayude a liberarnos de toda negatividad y de toda maldad. 

(Leer: Luz y Sal)

Pues tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria,

por los siglos de los siglos.

Amén

    En la última frase reconocemos que Dios es Eterno, soberano Absoluto del Universo (Material y Espiritual), Todopoderoso y único merecedor de Gloria, lo cual nos obliga a erradicar de nosotros cualquier orgullo o soberbia y a cultivar la humildad.

    Finalmente decimos “Amén”, la cual es una palabra de origen hebreo que significa “Así Sea” y tiene además otros significados de aprobación, pero “Amén” también es el acrónimo de la expresión hebrea El Mélej Neemán (Dios es un Rey Fiel en el cual debemos Confiar).

(Leer: Amén)

Jesús de Nazaret

Mi Reino no es de este mundo

    Según el Evangelio de Juan (capítulo 18, versículo 36), Jesús dijo: Mi Reino no es de este mundo. ¿Qué significa esto?

    Con la palabra “Reino”, el Maestro Jesús se está refiriendo al Reino de Dios, es decir, a un estado de conciencia y a una práctica que él encarnaba y por lo cual dice “mi Reino”. Ahora bien, la expresión “este mundo” se refiere a este plano de existencia y a la negatividad que se manifiesta entre los seres humanos: inconsciencia, egoísmo, materialismo, odio, guerras, etc., y –por supuesto– no es el mal ejemplo mundano el que debemos seguir para alcanzar el Reino de Dios.

Jesús de Nazaret

Los «Yo Soy» del Maestro Jesús

(Una interpretación)

    Lo primero que se debe señalar es que “Yo Soy” es el nombre de Dios revelado a Moisés: …Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: “YO SOY me ha enviado a vosotros” (Éxodo 3:14). Y hace alusión al Ser, al Espíritu, a la Esencia Divina. Por tanto, en estas expresiones en las cuales el Maestro Jesús utiliza el “Yo Soy” podemos interpretar que se está refiriendo principalmente a lo que él y todos somos realmente: Espíritu; pero además se refería al Cristo, es decir, a la Conciencia que él manifestaba (la Conciencia Espiritual o Conciencia Crística), así como también a los valores y enseñanzas que él transmitía. Jesús representa el Ideal Crístico, el ser humano consciente, despierto, realizado espiritualmente; de modo que al decir Jesús “Yo Soy” se está refiriendo a ese Ideal.

  1. Yo Soy el Pan de Vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás. (Juan 6:35)

    Yo Soy el Pan de Vida significa que el Espíritu nutre a la Vida, hace posible a la Vida, es la Vida. El que a mí viene… y el que en mí cree… significan que quien acude al Espíritu o a lo genuinamente Espiritual (las enseñanzas de Jesús, por ejemplo) encontrará el “verdadero alimento” y la “verdadera bebida”.

  1. Yo Soy la Luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la Vida. (Juan 8:12)

    El Espíritu es Luz, Cristo es Luz; quienes sigan el ejemplo y las enseñanzas de Jesús alcanzarán esa luminosa Conciencia que el Maestro manifestaba, entonces verán con claridad y no serán engañados por la ilusión de este mundo de apariencias, oscuridad y confusión.

  1. Yo Soy la Puerta; el que por mí entrare será salvo… (Juan 10:9)

     Cristo es la Puerta, la Conciencia Crística es la Puerta; para entrar por la Puerta que es Cristo (para lograr la Conciencia Crística) se debe seguir o tener una vida acorde con los valores, las enseñanzas y el ejemplo de vida del Maestro Jesús (el Ideal Crístico), y así se alcanzará la Realización Espiritual (el que por mí entrare será salvo…).

  1. Yo Soy el Buen Pastor; el Buen Pastor su vida da por las ovejas. (Juan 10:11)

    Cristo es el Buen Pastor, pues nos orienta y nos indica sabiamente el camino a seguir. Jesús dedicó su vida a enseñarnos que debemos ser altruistas y no egoístas; de manera que “dar la vida” significa que debemos dedicar la vida a la solidaridad, a la generosidad, al Bien, a los valores más elevados.

  1. Yo Soy la Resurrección y la Vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá; y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. (Juan 11:25-26)

    Jesús aquí nos indica que el Espíritu, Eso que somos en Esencia, es Eterno; y la “muerte” a la que se refiere no es la muerte física (en alguna ocasión dijo: Dios no es Dios de muertos, sino de vivos), sino que debemos “morir” a todo tipo de pensamientos, emociones y conductas perniciosas, para poder “renacer”, para poder renovarnos; es decir, la Resurrección consiste en la transformación total del ser humano, en un cambio positivo y profundo de uno mismo.

    Otra interpretación es la que se deriva de lo expresado por Pablo de Tarso en su epístola a los Efesios (capítulo 5, versículo 14): Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo. Podríamos decir entonces que la Resurrección es el despertar de la Conciencia Crística, pues el que cree en mí… (quien sigue el Ideal Crístico) aunque esté muerto (dormido, inconsciente) vivirá (despertará, tomará conciencia); y todo aquel que vive y cree en mí (quien ya es consciente, quien ya ha “despertado” y sigue el Ideal Crístico) no morirá eternamente (no volverá a “dormirse”). Yo Soy la Resurrección y la Vida significa que Cristo es Conciencia Despierta y Vida Renovada.

  1. Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6)

    El “Yo Soy”, el Espíritu, Dios es la Verdad y la Vida, por tanto, es el Camino a seguir. El Camino Espiritual es el Verdadero Camino de la Vida; cualquier otro “camino” es ilusorio. El “Padre” es una manera de referirse al Espíritu como “Origen de Todo”, como “Esencia de Todo”. Nadie viene al Padre sino por mí significa que Cristo nos indica el “Camino de Regreso al Origen, a la Esencia”, el Camino hacia la Realización Espiritual.

  1. Yo Soy en el Padre, y el Padre en mí. (Juan 14:11)

    Más adelante, Jesús expresó: Yo estoy en el Padre, y vosotros en mí, y Yo en vosotros (Juan 14:20). También dijo el Maestro: El Padre y Yo somos Uno. De esta manera, Jesús nos pide que tomemos conciencia de que no estamos separados, ni lejos de Dios; somos Uno con Dios; la misma Esencia, el mismo Espíritu; Eso es lo que somos realmente: Seres Espirituales.

  1. Yo Soy la Vid verdadera (Juan 15:1). Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo si no permanece en la Vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. (Juan 15:4)

    Aquí Jesús plantea la siguiente metáfora: Cristo es como una Vid (la Vid está relacionada simbólicamente con lo divino, con lo místico y con la alegría de vivir); pero no es cualquier Vid, sino “la Vid verdadera”; y quienes llevan una vida Crística son como pámpanos (vástagos, sarmientos) de esa Vid, por tanto, son verdaderamente felices y fructifican, y no así quienes llevan una vida materialista y desordenada.

Biblioteca

Libros sobre Jesús

    En estos libros podrás encontrar distintas opiniones acerca de Jesús de Nazaret; desde las más favorables hasta las más desfavorables; desde aquellas que nos invitan a seguirlo hasta aquellas que ponen en duda su historicidad. Por tanto, te sugiero la mayor amplitud de criterio posible.

El Fundador del Cristianismo

El Jesús histórico y el Cristo de la fe

El Mito de Cristo

El Mito de Jesús

El Rebelde de Galilea

El Verdadero Mensaje de Jesucristo

El Verdadero Mesías

El Yeshúa hebreo vs. el Jesús griego

El Yoga de Jesús

Evangelios Apócrifos

Historia de Jesús

Jesucristo o la historia falsificada

Jesús antes del Cristianismo

Jesús de Nazaret, nada es lo que parece

Jesús murió de viejo

Jesús o el Secreto Mortal de los Templarios

Jesús y la Diosa Perdida

Jesús y los Esenios

Jesús, aproximación histórica

Jesús, Profeta del Islam

La Encarnación del Verbo

La Estirpe de Jesús

La Historia de Jesucristo

La Vida Secreta de Jesús

La Vida Secreta de Jesús de Nazaret

Los Misterios de Jesús

Los Secretos del Gólgota

Supuestas profecías sobre Yeshú en el Tanaj

Testimonios Extrabíblicos sobre Jesús

The Lost Years of Jesus

Vida de Jesús (según el espiritismo)

Yeshúa en el Talmud

 

 

Glossarium · Palabras Mágicas

INRI

    Éste es el acrónimo de la frase latina Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum (Jesús Nazareno, Rey de los Judíos) que según el Evangelio de Juan (capítulo 19, versículos 19 y 20) fue escrita en un letrero colocado en la parte superior de la cruz en la cual fue crucificado Jesús; además, esta frase estaba acompañada por sus equivalentes en hebreo (Ieshúa Hanotsri Vemelej Hayehudim) y griego (Iesous Nazoraios Basileus Ioudaion).

    En griego, el acrónimo es INBI; pero en hebreo el acrónimo que se forma es el Tetragrama; esto escandalizó a los sacerdotes judíos, pues era como admitir que estaban crucificando al Mesías, por lo cual pidieron que fuese cambiada la frase, pero esta petición fue rechazada (Juan 19: 21-22).

INRI = IHVH

En hebreo, Jesús Nazareno Rey de los Judíos y el Tetragrama

    No obstante, INRI es el acrónimo que ha generado la mayor cantidad de interpretaciones o al cual le han inventado un mayor número de significados, principalmente en corrientes esotéricas como el gnosticismo, el rosacrucismo o la masonería, y es considerado una “Palabra de Poder” que se utiliza con propósitos mágicos, místicos o meditativos.

    A continuación, algunas “interpretaciones” o “significados” de INRI:

  • Ignis Natura Renovatur Integra: El Fuego renueva completamente a la Naturaleza.
  • Intra Nobis Regnum Iahve: El Reino de Iahvé (Dios) está dentro de nosotros.
  • In Nobis Regnat Ille: Él (Dios) reina en nosotros.
  • Ineffabile Nomen Rerum Initium: El Nombre Inefable (el Tetragrama) es el inicio de todas las cosas.

    Nota para “despistados”: Por razones de espacio, en los crucifijos y en varias esculturas y pinturas aparece el acrónimo y no la frase completa, pero en el letrero original aparecía la frase completa en hebreo, en griego y en latín según el Evangelio que se ha tomado como referencia.

Glossarium

Jesucristo

    En el cristianismo, a Jesús de Nazaret también se le conoce como Jesucristo. El nombre “Jesús” proviene del griego Iesoús y este a su vez del arameo Ieshúa que significa “Iahvéh salva”, “Dios salva”, o también de Ieshúah (Redención, Salvación). El término “Cristo” proviene de la palabra griega Christós, equivalente al término hebreo Mashíaj (Mesías) que significa “ungido”, “untado”.

    Un “ungido” (un cristo, un mesías) era un rey al cual se le había aplicado o untado aceite para indicar simbólicamente que gozaba de la bendición divina para reinar. De esta manera, los reyes ungidos eran considerados representantes de Dios en la Tierra y, por tanto, salvadores o redentores de sus pueblos.

    Sin embargo, según el cristianismo, Dios se manifestó a los seres humanos a través de Jesús de Nazaret, el cual fue ungido por el Espíritu Santo, razón por la cual es considerado como el verdadero Cristo o Mesías, el Salvador o Redentor de los seres humanos.

    No obstante, existen otras interpretaciones:

    Según Paramahansa Yogananda, el Cristo es la Infinita Inteligencia de Dios que está presente en todo el Universo. Esta Infinita Inteligencia Universal es la Conciencia Divina que se manifestó en Jesús.

    Conny Méndez escribió que el Cristo es nuestra Verdad, es lo más noble de cada uno. ¿Qué nos une a todos nosotros como hijos de Dios? ¿Qué nos identifica? Tres cosas: Conciencia, Inteligencia y Amor. Todo ser humano tiene Conciencia, Inteligencia y Amor. ¿Qué es el Cristo? Es la expresión de Conciencia, Inteligencia y Amor en sus grados más altos. Es lo que somos, pero en la escala más alta, pura y perfecta. 

    Elizabeth Clare Prophet se refiere al Cristo en estos términos: es el Maestro Interior que nos orienta y la Voz de la Conciencia que nos inspira a realizar las mejores acciones. También mencionó que Jesús fue el ejemplo de lo que todos podemos (y debemos) llegar a ser.

    El mismo Jesús dijo: Uno es vuestro Maestro: el Cristo.

    Jesucristo era una personificación de esa Maestría y de esa Conciencia; por tanto, una manera de lograr la Realización Espiritual es siguiendo sus enseñanzas y su ejemplo de vida.

Astrología · Leonardo Boff · Símbolos

Los Reyes Magos

Autor: Leonardo Boff (Teólogo de la Liberación)

    En el Nuevo Testamento hay dos versiones del nacimiento de Jesús. Una, del evangelio de Lucas, culmina en la adoración de los pastores. Otra, del evangelio de Mateo, se concentra en la adoración de los tres Reyes Magos. La lección es: judíos y paganos, cada uno a su modo, encuentran a Jesús.

    Las Escrituras judeocristianas dejan claro que Dios no se reveló sólo a los judíos. Antes que surgiera el pueblo de Israel con Abraham, se reveló a Enoch, a Noé, a Melquisedec, después a Balaán y al rey Ciro. Los reyes magos pertenecen a este grupo. ¿Quiénes eran?

    Eran astrólogos venidos probablemente de Babilonia. En aquel tiempo, astronomía y astrología caminaban juntas. Cierto día estos sabios descubrieron una extraña conjunción de Júpiter con Saturno, que los aproximaba de tal forma que parecían una única gran estrella sobre la constelación de Piscis. Desde los tiempos de Kepler, los cálculos astronómicos han mostrado que, efectivamente, en el año 6 antes de Cristo (fecha del nacimiento de Cristo según el calendario corregido) tuvo lugar tal conjunción. Para los sabios de la época, este hecho tuvo una gran significación. Júpiter, en la lectura astronómica de aquel tiempo, era el símbolo del Señor del mundo; Saturno era la estrella del pueblo judío, y la constelación de Piscis era el símbolo del final de los tiempos. Los sabios babilónicos lo interpretaron así: en el pueblo judío (Saturno) nacerá el Señor del mundo (Júpiter) inaugurando el final de los tiempos (Piscis). Por eso se pusieron en camino para rendirle homenaje. Siempre hubo en la historia de los pueblos personas sencillas o sabios que se pusieron en camino a la búsqueda de salvación, o sea, de una totalidad integradora. Dios salió a su encuentro en sus modos de ser y de pensar.

    Pero, ¿por qué se pusieron en camino para buscar a Jesús? Porque, según la comprensión de los cristianos, Jesús es un principio de orden y de creación de una gran síntesis humana, divina y cósmica. Cuando dan el título de “Cristo” a Jesús, quieren expresar esta convicción. Esta síntesis se encuentra también en otras religiones bajo otros nombres: Sabiduría, Logos, Iluminación, Buda, Tao… Éstos son los “ungidos y consagrados” (significado de la palabra “Cristo”) para ser un centro de atracción y unificador de todo lo que hay en el Cielo y en la Tierra. Cambian los nombres, pero el sentido es siempre el mismo.

    Nuestra realidad, por su parte, es contradictoria: verdad y falsedad, bondad y maldad. ¿Cómo podemos distinguir un aspecto del otro? ¿Cómo crear un orden superior que sobrepase estas contradicciones? Necesitamos un Centro ordenador y animador de una síntesis personal, social y también cósmica.

    Los evangelistas usaron el fenómeno astronómico para presentar a Jesús como aquel Señor del Universo que viene bajo la forma de un niño para unificar todo. Esa Energía es divina, pero no exclusiva. Se expresa bajo muchas formas históricas. En Jesús, el Cristo adquirió una concretización que movilizó a otras culturas con sus sabios venidos de Oriente.

    Todos están en busca de aquella Energía que se esconde en el significado de la palabra Cristo. Ese encuentro con la Estrella produce hoy, como produjo ayer, alegría y sentimiento de integración. Habrá siempre una Estrella en el camino de quien busca. Por eso, lo importante es buscar con la mente siempre despierta a los símbolos, como los Reyes Magos.

 

Símbolos

El Solsticio de Invierno y la Navidad

    Entre el 20 y el 23 de diciembre de cada año ocurre el Solsticio de Invierno en el hemisferio norte. Durante esos días, el tiempo sin luz solar es un poco mayor al tiempo de luz solar (las noches duran más que los días); pero a partir de entonces, el tiempo de luz solar aumenta poco a poco hasta llegar el Equinoccio de Primavera, en el cual se equilibra la duración de los días y las noches. Esto ha sido interpretado simbólicamente desde la antigüedad como el nacimiento (o renacimiento) del Sol o de la Luz; por esta razón, en estas fechas solían celebrarse distintas festividades relacionadas con el Sol o con el “nacimiento” de alguna “deidad solar”. Por ejemplo, una de las celebraciones más emblemáticas en la antigua Roma era el festival del Sol Invictus (Sol Invicto) o “Festival del Nacimiento del Sol Invicto”. En cuanto a la fecha, en el calendario juliano (calendario solar instaurado por Julio César) el Solsticio de Invierno era el 25 de diciembre; sin embargo, en el calendario gregoriano (promulgado por el papa Gregorio XIII en 1582, y el cual se utiliza en casi todo el mundo) el Solsticio de Invierno ocurre alrededor del 21 de diciembre.

La Navidad:

    Del latín Nativitas (nacimiento), es una festividad cristiana en la cual se celebra el nacimiento de Jesús de Nazaret en la medianoche entre el 24 y 25 de diciembre de cada año.

    En la época del emperador Constantino, la Navidad empezó a celebrarse el día del Solsticio de Invierno para sustituir las festividades paganas, como la del Sol Invictus, y así tratar de convertir al cristianismo a muchos romanos paganos identificando a Cristo con el “Sol Invicto” o afirmando que Cristo era el verdadero “Sol Invicto”.

    En épocas posteriores, y con la finalidad de propagar el cristianismo, la Iglesia Católica fue sustituyendo en otras tierras las festividades dedicadas a “dioses solares” y estableció la Navidad como fiesta principal.

    Algunas vertientes del cristianismo no celebran la Navidad debido a que en la Biblia no se expresa con certeza la fecha del nacimiento de Jesús, y otras la celebran en una fecha distinta debido al calendario que utilizan.

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Otras festividades y personajes:

    Otra festividad muy importante en la antigua Roma era la Saturnalia (Saturnales), festival pagano dedicado a Saturno (Kronos), dios del tiempo. Durante las Saturnales se intercambiaban regalos y se hacían banquetes, lo cual se sigue haciendo en las navidades actuales.

    En épocas más recientes se creó el personaje de Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás, el cual trae regalos a los niños en navidad. Este personaje está basado o inspirado en un obispo católico (y santo) del siglo IV llamado San Nicolás de Myra (o de Bari).

Simbología:

    El Solsticio de Invierno y la Navidad simbolizan renacimiento, renovación; por tanto, es un tiempo propicio para reflexionar acerca de nuestras acciones durante el año, renunciar a todo lo perjudicial y efímero, y cultivar cada vez más virtudes como la generosidad y la solidaridad; de esa manera, se producirá en nosotros un renacer, una renovación, y nos convertiremos en mejores seres humanos.