El Vacío
(Tomado del Libro “El Tao de la Física” de Fritjof Capra)
El vacío no está vacío; por el contrario, contiene un número ilimitado de partículas que nacen y se desvanecen incesantemente. El vacío de la física moderna presenta el más estrecho paralelismo con el vacío del misticismo oriental. Al igual que el vacío oriental, el «vacío físico» no es un estado de simple nada, sino que potencialmente contiene todas las formas del mundo de las partículas; estas formas, a su vez, no son entidades físicas independientes, sino meras manifestaciones transitorias del vacío fundamental. Como dice el Sutra del Corazón:
La forma es vacío y el vacío mismo es forma.
La relación entre las partículas virtuales y el vacío es una relación esencialmente dinámica; el vacío es verdaderamente un «vacío vivo» que pulsa constantemente con ritmos de creación y de destrucción. El descubrimiento de la cualidad dinámica del vacío está considerado por muchos físicos como uno de los hallazgos más importantes de la física moderna. Desde el papel de vacío contenedor de los fenómenos físicos, el vacío se ha convertido en una entidad dinámica de la mayor importancia. De esta manera, los resultados de la física moderna parecen confirmar las palabras del sabio chino Chang Tsai:
Cuando se sabe que el gran vacío está lleno de “Chi”,
se da uno cuenta de que no existe la nada.